Nada queda ya que leer, nada que escribir, nada que contar, nadie que escuchar, nadie que hablar, nada ni nadie ni yo.
Es ya de noche, y la escasa luz solo deja ver las gotas de agua de la última lluvia. Es ya de noche, hace frío, y lo único que queda es calor aquí dentro, frío ahí afuera, hambre y hambre y hambre.
En un cuarto vacío, perdido en mitad de ninguna parte ¿ un hombre existe ? Existe porque lo permite el cable que conecta con el mundo y recuerda que no somos, todavía, parte de este mustio paisaje de invierno.
Debería partir, volverme a la civilización. No puedo. Aún espero que suene el teléfono. Nunca suena.
1 comentario:
Oye, que si quieres yo te llamo...
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