Y se acabó el fútbol.

Ya hemos jugado el último partido de la copa. Y hemos conseguido el pleno, tres derrotas de tres partidos. Al menos hay que reconocer que hoy hemos jugado bien, a pesar de ser solo 7 y tener un físico peor que el de un viejo tísico y silicoso.
Hemos perdido 4-2, con cuatro goles en contra absurdos. El primero un bote extraño del balón, el segundo un rebote en la pierna de Piru que ha trazado una parábola increible, el tercero en un saque de uno de nuestros goles han hecho una jugada que han acabado dos contra mi, y el cuarto un balón que me venía a las manos pero que su trayectoria pasaba justo por delante del sol, con lo que me ha cegado y no la he podido coger bien, dejándosela franca al delantero.
Posiblemente hoy haya sido uno de los partidos que mejores jugadas hayamos hecho y más tiempo hayamos tenido el balón, y también el partido en que sus porteros (uno en cada parte), más paradones se han hecho. También es verdad que somos auténticas escopetas de feria, pero dos o tres tiros a la escuadra hemos hecho. Luis se ha marcado algunos tiros espectaculares. Cogía el balón en defensa, se regateaba a dos y mandaba el balón a la escuadra, de donde lo sacaba el portero. De foto. Por lo demás, Juaco se ha llevado una señora patada, que raro será no tenga un esguince.
Eso sí, por ser el último partido del año nos hemos ido a celebrarlo al Bar Yola (pondría un enlace a su web, pero veo improbable que los dueños sepan lo que es un ordenador). Nos han llenado de tapas, hemos pedido miles de cervezas y coca-colas, 4 bocadillos y han sido 35 euros siendo 7 personas. Parece mentira que queden bares cutres como ese a esos precios. Se agradece.
Confiemos en que este no haya sido el último partido de la Fuentecilla de la historia. Con Luis marchándose a Santander, Borja en Barcelona y Mendi en Toledo, cada vez quedamos menos. O conseguimos que se apunte más gente (a ser posible de la que viene) o la continuidad va a estar complicada.