Como buen viernes, salir del trabajo e ir a la piscina de la Autónoma fue todo uno. Ángel se ofreció para recogerme y llevarme desde Tres Cantos, y pudimos comprobar que si al Tom Tom le dices que te lleve a la UAM intenta llevarte a un sitio extrañísimo que quién sabe que relación tendrá con la universidad.
La piscina de la autónoma estuvo por debajo de lo habitual. Se nota que muchas mozas ya empiezan a irse de vacaciones y prefieren las playas ibicencas al cesped y los 50 metros de la piscina. Hay gente sin criterio.
El plan inicial para la noche era pasarnos por el picadero del capitán de barcos (o casa, como se prefiera llamar). Sin embargo, éste renunció al plan por estar con su ligue. Se llevó a la mozalbeta al Tiki Grill y luego al tiki tiki (¡La vida puede ser maravillosa, Salinas!). Como ese plan no salió, acabamos en mi casa, quemando pizzas en el horno, dando gracias por el aire acondicionado y descubriendo con la NDS que cero por siete son cero (Paino dixit). Algunos parece que estudiaron matemáticas con Fran Perea.
Finalmente nos fuimos a Cats. Luis y yo demostramos como se juega al billar con una partida casi perfecta. Mérito adicional teniendo en cuenta que esa mesa de billar está puesta en un sitio absurdo, porque está pegada a una esquina y hay dos lados desde los que dar a las bolas es una hazaña. La gran jugada de la noche, a pesar de todo, fue de Paino. 6 bolas, 6, metidas una detrás de otra. Para hacerse una idea de como iba la partida hasta el momento, ni metiendo las 6 bolas se pusieron por delante.
Dos comentarios adicionales:
- Si volvemos a salir todos con una camiseta roja, paramos en unos chinos y compramos alguna de otro color, que parecíamos las juventudes socialistas.
- Pepe, la próxima vez que me digas que me vas a recordar sacar la botella de agua del congelador, hazlo. Recuerda que no se puede confiar en mi memoria (como bien has visto cuando te he preguntado una semana después cuando era tu cumpleaños).
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