El lunes tuve uno de estos cursos que tanto gustan a recursos humanos: gestión del tiempo y trabajo en equipo. La verdad es que fue un curso en el que prácticamente todo lo que se dijo es de sentido común, pero viene bien que te lo recuerden de vez en cuando.
Lo más entretenido de estos cursos son los jueguecillos que se hacen. Mencionaré los tres más destacados:
- Sigue las instrucciones de esta hoja al pie de la letra. Básicamente, la primera pone que no hagas nada hasta haber leído todas las instrucciones y la última dice que ignores todas menos la segunda (que es poner tu nombre). Entre medias hay 24 instrucciones absurdas.
- Por equipos, hacer rectángulos con el papel, doblarlos a la mitad, dibujar una cruz y un círculo y llevarlos al otro extremo de la sala. El mayor número posible en minuto y medio. La gracia principal radica en que al principio dices cuantos piensas hacer y luego descubres que eres un inútil. Curiosamente, Luis me comentó que el había hecho este jueguecillo la semana pasada, así que sabía lo que iba a pasar. En primera ronda mi equipo apostaba por 20, yo recomendé 4 y el resultado final fueron 0. Ni uno sólo válido. En la segunda, yo sugerí 4, pero mi equipo elevó la apuesta a 8. Finalmente fueron 3 válidas. Mejor que el otro equipo, que sólo hizo 2. Hubo bloqueos, placajes... Incluso agregué el de ejemplo a nuestro grupo para hacer más. Bastante gracioso.
- 4 equipos en un juego similar al dilema del prisionero. Básicamente, sin comunicarse entre los equipos, cada uno elige un color rojo o negro. Si todo el mundo elige negro, todos pierden un punto. Si todos eligen rojo, todos ganan un punto. Pero si hay división entre los rojos y los negros, los que eligen rojo pierden puntos. Las fases graciosas son en las que se habla entre los equipos para consensuar una decisión. Las traiciones abundaron.
2 comentarios:
"Incluso agregué el de ejemplo a nuestro grupo para hacer más"
Típica actuación de Vatos, jejeje. Qué tramposo que eres jodío!
Debo decir que lo hice porque las hojas que usábamos nosotros eran amarillas y el de ejemplo, rosa, así que era bastante descarado.
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