lunes, 29 de marzo de 2010

El turismo, ese gran invento



Ser un turista en estos tiempos no es más que recorrer un camino prefijado, marcado en mapas, guías, carteles. Limitarse a seguir los pasos que otros han dispuesto que recorramos, viendo las obras que han decidido en algún momento que son las importantes. Alguien, en algún despacho, decidió que era lo que tenía que causarnos asombro, perplejidad.

Ser turista es limitarse a seguir dentro de esa celda que nos imponen, sacar las fotos que han sacado los anteriores, fingir interés por unas obras que no se comprenden.

Todo para culturizarnos, para sentirnos mejores personas.

Una forma de gastar dinero como otra cualquiera.
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Foto sacada durante la subida a la cúpula de San Pedro del Vaticano. Recomendable hacer parte de la subida en ascensor, por aquello de no cansarse. Las dimensiones de San Pedro no pueden imaginarse hasta que uno ha estado allí. Cualquier nave lateral parece la principal de una de nuestras catedrales.

1 comentario:

MnGyver dijo...

Para la mayoría de la gente sí.
Yo hace un tiempo que cambié. Para mí es conocer a la gente del lugar, ver cómo viven, qué comen, en qué trabajan. Por supuesto también ver sus maravillas arquitectónicas y naturales, pero siempre después del disfrute de la gente y la cultura.
Y si ellos me quieren explicar las cosas importantes de su ciudad o país, perfecto, pero si no, no tiene sentido que me las imagine, porque la vista general y genérica sería errónea.

Y después de esta chapa, sólo me queda decir: ¡apuntaos a Couch Surfing!