para poder estudiar en EEUU durante un año interpretación y, años
después, asistí a la escuela de Cristina Rota. Soy un actor preparado,
con años de papeles secundarios, de experiencia en cine, en
televisión, en teatro. Soy uno de esos rostros que la gente, al ver
pasar, cuchichea mirandome.
Me he alejado del glamour, siempre he querido tener un perfil bajo. El
dinero por el dinero nunca me ha llamado. Se que debo ser humilde.
Abandoné los estudios generales con dieciseis años. Sabía lo que
quería ser. Los libros nunca fueron para mi. Soy alguien del pueblo,
llano, comprometido con los trabajadores. Aprovecho mi visibilidad
pública para darle voz y voto a esos oprimidos. Soy su vocero, su
micrófono.
Ya sólo me falta darme cuenta que aceptar la realidad no es lo mío.
Que las dictaduras pueden ser de izquierdas o de derechas. Que quien
yo llamo terrorista en otra parte del mundo se considera un luchador
por la libertad. Que no soy quien para insultar y denigrar a alguien
que ha sido encerrado, encarcelado y se ha dejado morir por poder
expresarse libremente. No soy quien para manchar el recuerdo, la
memoria ni los actos de todos aquellos que se oponen a la opresión de
Cuba.
Soy, como poco, un bocazas, un gilipollas integral, que debe aprender
a respetar a los demás. El polisario son terroristas para Marruecos,
la oposición cubana, terroristas para los Castro. Ambos defienden la
libertad de sus pueblos frente a la mano que los oprime, sin
importarles si es la izquierda o la derecha.
Ojalá esto lo dijera yo de palabra y pidiera perdón por mi arrogancia
y mi atrevimiento. No lo haré, seguiré ciego pensando que la izquierda
nunca se equivoca, que el comunismo es la salvación. Viva el ché, la
hoz y el martillo, la pasionaria, Santiago Carrillo y los tópicos que
me llenan la boca sin haber pasado nunca por el cerebro.
1 comentario:
Que bueno Mariete. Por entradas como esta, este es mi blog preferido.
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