Frontera de tres países: Paraguay, Brasil y Argentina. Iguazu. Cataratas y junglas. Cataratas espectaculares. Otra vez la naturaleza dandonos lecciones de lo que es grandeza y potencia. Impresionante. De esas veces que uno se asombra y no puede ni cerrar la boca. Hemos cogido una barca por el lado argentino que nos ha metido debajo de alguno de los saltos de agua: espectacular notar como te cae encima. Mañana las veremos por la noche y desde un helicóptero al otro lado de la frontera.
En el hotelazo que tenemos, momento de descanso en su piscina debajo de la catarata artificial. Muchos momentos de paz en este viaje, necesarios desde hacia tiempo. Uno puede pensar con perspectiva, darse cuenta de cosas que siguen pendientes demasiado tiempo después. Viene bien tener esos momentos con uno mismo.
Si el día de mañana se porta tan bien como el de hoy, esto habrá valido la pena, sin duda alguna.
Y ya después, mi Buenos Aires querido y mi Madrid lejano...
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