miércoles, 10 de noviembre de 2010

Desde la Patagonia

El viaje solo acaba de empezar, y ya llevamos chopocientos mil kilómetros a la espalda. Las distancias en este país son algo exagerado. Imaginar gestionar esto con los medios en los que era territorio de nuestra corona es harto complejo.

Por ahora, nos gana la metereologia. Ayer en Buenos Aires hizo que nuestro paseo vespertino fuera casi una transformación en sopitas. Estas lluvias primaverales incordian bastante. Decir que vimos la librería Ateneo, ubicada en un antiguo teatro. Excepcional, lo mejor de Buenos Aires por ahora.

Tampoco es que hayamos visto mucho de la capital. Hoy ya estamos en Peninsula Valdes, donde hemos venido a ver ballenas, elefantes marinos y pingüinos en este rincón de la Patagonia. Las ballenas, que debieran ser el plato fuerte, se han alejado de la costa por el viento, así que solo las hemos visto en fotos. Esperemos que para mañana el viento gélido del sur cese y podamos ver a los animalitos, aunque sea desde la orilla.

Como comentario, Buenos Airea mola, la Patagonia esta vacía, los aviones son un coñazo, y los viajes organizados cada vez me gustan menos. La próxima vez me recorro este país en moto.

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