lunes, 6 de diciembre de 2010

Camino Soria



Cuando se avecina un temporal de frío y nieve, lo mejor parece que es quedarse en casa. Pero digamos que lo que parece no siempre es lo que es. A veces vale la pena subirse al coche, atravesar una meseta llena de nieve hasta donde la vista alcanza y meterse en una casa rural que parece congelada hasta que tiene a nueve personas dentro de ella.

Ver por Soria hemos visto poco, pero al menos hemos podido andar un rato por el cañón del Río Lobo, que plagado de nieve y con el río congelado en muchos tramos era bastante bonito. La nieve tiene mucho encanto cuando está quieta creando texturas en los árboles y las faldas de las montañas en vez de congelando la carretera.

El resto, poco más, sólo decir que ha sido un buen fin de semana, al margen de los líos de el estado de alarma en que nos ha metido el gobierno y/o los controladores, sin wikileaks, sin nada más que una mesa, nueve sillas, algún que otro taburete para las piernas, botellas, juegos varios y buen ambiente. Pedir más es tontería.

Así la vida pasa como tiene que pasar. Suavemente.

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