A final de año toca hacer balance, pero esto mejor se lo dejamos a los bancos. 2010 se acaba, pues muy bien, y empieza 2011, que esperemos nos quede mejor de la pinta que tiene por culpa de los políticos. Pasarán cosas buenas que ya sabemos, y esperemos que alguna incierta. Por una vez he oído las campanadas en las preuvas, así que a lo mejor esto es una señal de año glorioso y mítico.
Sin más preámbulos, hala, a por el 2011! Que sea un año lleno de pequeñas cosas inolvidables y de escasos momentos malos. Que ustedes lo disfruten.
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