miércoles, 12 de enero de 2011

long, long day

Hoy era de noche cuando dejé las sábanas del hotel y será de noche cuando vuelva a esconderme entre ellas. Pendiente de un teléfono que no suena, de un correo que no llega, de un reloj que retrocede hacia delante. Aquí el tiempo se ha detenido, y yo no me he enterado. 

Nada queda ya que leer, nada que escribir, nada que contar, nadie que escuchar, nadie que hablar, nada ni nadie ni yo.

Es ya de noche, y la escasa luz solo deja ver las gotas de agua de la última lluvia. Es ya de noche, hace frío, y lo único que queda es calor aquí dentro, frío ahí afuera, hambre y hambre y hambre.

En un cuarto vacío, perdido en mitad de ninguna parte ¿ un hombre existe ? Existe porque lo permite el cable que conecta con el mundo y recuerda que no somos, todavía, parte de este mustio paisaje de invierno. 

Debería partir, volverme a la civilización. No puedo. Aún espero que suene el teléfono. Nunca suena.

1 comentario:

Unknown dijo...

Oye, que si quieres yo te llamo...