domingo, 29 de octubre de 2006

Fin de semana extraño

Por primera vez, me ha tocado ir a trabajar un sábado. Hasta ahora había tenido suerte, pero este fin de semana tocaba ir, que había una entrega que había que rematar.
Curiosamente, lo peor no fue el ir a currar el sábado, sino la paliza que me metí desde el viernes hasta que el sábado me fui a dormir.
El viernes estuve en el trabajo hasta las 8 de la tarde, y a las 10:30 ya estaba en Sol. Primero fuimos a La cosa nostra, donde nos sacaron unas fotos que supongo pondrán en breve en su web. Después fuimos a un bar de Huertas en el que ya estuvimos el otro día, y que tenía espectáculo en la calle: un grupo de unas 10 personas con pancartas y un megáfono por la represión policial en Oaxaca (Mexico). Sorprendente lo que hace la gente a las 2 de la mañana. Para rematar mi noche, fuimos al karaoke de enfrente de La Lupe. No pudimos pedir ninguna canción, pero si cantamos con las que otros habían pedido (Recuerdo 20 de Abril y una de Bisbal). Eso sí, el dj se dedicó a torturarnos a base de Reggaeton.

Después de eso, un buho y para casa. Llegué sobre las 4:30 y me puse a mirar los horarios de los trenes. Así que solo dormí desde las 4:45 hasta las 8:15. Lo que hay que reconocer es que a esas horas un sábado se va muy bien en tren. No hay problemas de sitio.

Estuve currando de 10 a 13, momento en que me fui corriendo para poder llegar al partido de la Fuentecilla. Debido a mi torpeza, me di cuenta tarde que no llegaba al tren, así que tuve que cambiar de recorrido a la mitad y acabé en una parada de autobús donde solo había un autobús que me valía. Total, que a las 12:25 logré por fin subirme a un autobús hacia Madrid (y en una parada distinta a la primera a la que fui). Ya iba mal de hora. Desde Plaza Castilla al campo me pillé un taxi, porque era la única forma de llegar a tiempo, y aún así, si el partido hubiera empezado a su hora hubiera llegado justísimo. Menos mal que ganamos.

Al acabar el partido me volví hacia plaza para volver a trabajar. Por suerte, antes de salir del metro llamé para confirmar si seguían trabajando, y me dijeron que ya iban a irse. Así que me volví directo a casa, donde acabé, a las 16:30 comiéndome un cocidito madrileño. Entre medias, también descubrí que tenía cine a las 19:00. No se que me puse a hacer, pero me quedé sin tiempo para una siesta. Así que me pasé dos horas en el cine, con la Dalia Negra, que es una película que no nos gustó a ninguno (posiblemente porque es difícil de seguir, se nota adaptación de libro) sin haberme echado una siesta antes. Milagrosamente, no me dormí.
Después nos fuimos a cenar a Fuencarral al pizza nostra. Mucho calor y mal servicio. Camareros escasos corriendo de un lado para otro. Sería un detalle que pusieran más. De ahí, al Alpisco, por el que llevamos 3 fines de semana seguidos pasando.

Finalmente, llegué a casa a las 3 de la mañana. Y , por fin, pude descansar, durmiendo hasta las 14:00.

Menos mal que hoy no tenía partido de fútbol y he podido pasar una tarde tranquilita en casa, porque sino, mañana hubiera estado destrozado.

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