Nota: es recomendable para el texto imaginarse encima una foto de Capello poniendo una bandera del Madrid en las Cibeles, o Capello marcando el gol de la victoria del Madrid en el minuto 92 a pase de Higuaín.
Para los que no sean lectores del As, al menos en su versión electrónica, la cofradía del clavo ardiendo les sonará a chino. Este fue un invento que se sacaron de la manga en la temporada pasada los más fanáticos periodistas del Madrid para indicar que confiaban en que el equipo, que por aquel entonces estaba muy perdido en la clasificación, iba a ganar la liga. La cofradía del clavo ardiendo, clavo al que se agarraban confiando en que pasara un milagro y el Madrid ganara la liga.
El caso es que este año la cofradía volvió a la vida. El Madrid de nuevo estaba lejos de la cabeza, con un juego horrible y lo que es peor, una falta de fe preocupante ( I find your lack of faith disturbing, que diría Vader). Ni los anteriores miembros de la cofradía pensaban que este año tuviera sentido luchar. Pero algo cambió. El comandante Fabio, dos ligas en dos años con el Madrid después de malos periodos, olé sus huevos, les enderezó. Les hizo creer que eran un equipo, y que luchando iban a conseguir lo que querían. Y se lo creyeron. Y volvió el espíritu del Madrid de siempre, un equipo que lucha cada balón como el último, para el que los partidos sólo tienen una posibilidad: la victoria (a menos que el arbitro te robe contra el Racing, todo quede dicho). Un EQUIPO.
Una auténtica lección para la vida la cofradía del clavo ardiendo. Mientras hay vida, hay esperanza. Mientras no se tire la toalla y se persiga cada oportunidad como si fuera la última, hay opciones. Aunque el objetivo parezca lejano y perdido, a veces vale la pena aferrarse al único clavo ardiendo que quede. La mayoría de las veces lo único que conseguiremos será abrasarnos las manos, pero habrá ocasiones en las que ese esfuerzo se verá recompensado con creces. Y el resto de las ocasiones, al menos nos quedará el saber que hicimos todo lo posible.
Capello, sigue dando lecciones. Hala Madrid!
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