miércoles, 4 de noviembre de 2009

Una lagrimilla fácil

Anna Gavalda y yo ya nos encontramos en "El consuelo". Así que "Juntos, nada más", que sigue la misma línea, no ha supuesto una sorpresa tremenda. Sigue la misma línea que el anterior: en vez de un personaje infeliz, esta vez tiene cuatro. Sí, Camille es la máxima protagonista, pero los otros tres no son meras comparsas, sino que tienen sus emociones, sus contradicciones, su fondo y su forma. De nuevo, Gavalda parte de seres urbanos, y les hace huir de los tópicos, de la vida standard.

Los personajes del libro, seres solitarios, casi marginados por la sociedad, confluyen, forman una familia. Construyen una felicidad basada en detalles, en contrastes, en conflictos y en cariños que brotan solos. Redescubren lo que es importante, se reinventan, se caen y se levantan.

Sí, el final es sensiblero y te deja la lagrimilla en el ojo, porque sabes lo que va a pasar, o no, y hay algunos conflictos que quedan solucionados de forma muy fácil, pero la literatura es rápida, dando pinceladas aquí y allá para contar la historia, los personajes, profundos por momentos, livianos en otro.

Camille, sobre todo, enamora. Su sufrimiento, sus luchas interiores, su debilidad y sus ganas de huir del mundo. Se la define repetidas veces como un ángel, y esa es la sensación que deja. Casi da pena no poder conocerla...

Personajes con los que uno tiene tan poco en poco y con los que a veces es tan fácil identificarse... Supongo que en el fondo todos queremos lo mismo... Encontrar nuestro ángel, olvidar nuestras miserias, construir un grupo de gente alrededor que nos estabilice, nos de calor. Ser felices.

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