viernes, 13 de noviembre de 2009

zapatilla de felpa, no me mires así

Sólo en un rincón, al lado de una zapatilla ladeada. Oigo un sollozo. Es de una muñeca lejana. Suena igual cada cierto tiempo, cada vez que una niña, aburrida, la mueve de la forma absurda que pensó el fabricante.En unos años, se preguntará porqué con su hijo es distinto, porque su hijo no es como esa muñeca, tan predecible. Acción, reacción, causa, efecto. Algún día, años después, se dará cuenta que su hijo es igual de simple, pero que sus causas son otras. El hambre le hace llorar, el dolor le hace llorar. Y el hijo crecerá, madurará, y seguirá comportandose igual: llorando por razones que no comprende. Sus lágrimas serán por amor, y se llenará la boca cuando lo diga. Su llanto será por la soledad, y no tendrá nadie que le consuele.
Estará solo, en un rincón, al lado de una zapatilla ladeada, y no habrá nadie que esté allí para darle un abrazo. Sú unico consuelo será, esporádicamente, un llanto aislado que rompa la escena. Pero será un llanto artificial, electrónico.

El silencio es lo único entero que queda en esta estancia.


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