Día de celebraciones por un lado, y de una fiesta de despedida por otro. Para el que envejece, regalitos para que se riera un poco, se alcoholice con estilo, aprenda sobre nuevas técnicas útiles en las excursiones a la sierra y descubra si Harry Potter sigue vivo o gana Voldemort. Cinco minutos después del estreno mundial, ya lo tenía en la mano. Si no es el primero al que se lo regalan en Madrid o en España, sorpresa me llevaría.
Sobre la que se nos vuelve a Pontevedra... Honradamente, lo siento. Se arriesgó, se vino para acá y la cosa no salió bien. La vida y las relaciones, que a veces son muy puñeteras. Hay gente que piensa que es lo mejor que puede hacer, que allí, cerca de su familia estará mejor, que aquí dependía demasiado de nosotros y que la forma en la que su relación había acabado hacía algunas cosas demasiado complicadas. Yo no se si es lo mejor o lo peor. El tiempo dirá si ella allí es feliz, que es lo que esperamos y deseamos. Lo único que se es que por aquí la vamos a echar de menos. Esperemos no perder el contacto, que le vaya todo bien y que no olvide que seguimos por aquí, en la meseta, acordándonos de ella. Aún la quedan unos días por aquí, así que hay que conseguir que los pase lo mejor que pueda para que no se olvide fácilmente de nosotros. Aunque con el pedazo collage que la regalamos lo tendrá difícil. Felicidades a quienes se lo curraron, que hicieron un trabajo brillante.
De la noche en sí, divertida. Primer bar para conversaciones, charlas, ponerse al día, dar regalos, comer brownie. Segundo para bailotear y cantar, lástima que cerraran pronto. Tercero para esperar que pusieran buena música, que nunca llegaba. O algo bailable, al menos.
Como dato, hoy he dormido once horitas. Esto ya me permite salir sin problemas hoy, mañana y pasado. Este lunes a cholón, no se dónde, pero algo encontraremos. Que está prometido.
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