Bueno, desde el miércoles no pongo nada por aquí, lo cual no me parece bonito por mi parte. Así que hala, a resumir...
El jueves fue visita rutinaria al Victoria. Bueno, tampoco rutinaria 100%, ya que fuimos solo dos e hicimos menú basado en ese sabroso ingrediente: la grasa. Aún queda algo de esa grasa circulando por mis venas, fijo. El viernes repetí compañero de aventuras en el 100 por, que estaba hasta la bandera. Buena velada, especialmente gracioso como entraban miles de tipos a las dos mozas de al lado. La cara del último moscón cuando llegó el novio y empezaron a intercambiar fluidos fue de foto. Nosotros, mientras, disfrutando de Blanco y Negro. A veces todo se ve en blanco y negro...
El sábado quedé con el recién casado y con mi futuro acompañante en el camino de santiago. Sangría, más sangría, copa, copa, copa, copa, taxi, copa, copa, bus, llegar doblado y tambaleante. El caso es que me divertí bastante hablando con ambos muchachos, a los que llevaba más de un mes sin ver. Raro verle salir con su anillo puesto. "One ring to bring them all and in the darkness bind them"
Acosteme a las cinco, casi. Mi despertador no sonó, así que me despertó el teléfono. Un médico venido de Toletum quería llevarme a jugar al fútbol. Error haber ido. Error grande. Bueno ver a la bebé más guapa que hay ahora en el planeta, que ha venido a vernos porque aún carece de criterio futbolístico. Malo que te hagan un regate y tu tobillo decida ir en dirección contraria a la que va tu cuerpo. Torcedura fuerte, esperemos que no llegue a esguince. Hacer el camino de Santiago con un esguince, como que no acabo de verlo claro. Odio mi torpeza. La segunda vez que viajo a Francia con el tobillo tocado, lamentable.
Y poquito más, porque mi vida no es que esté llena de momentos geniales y memorables. Tampoco me apetece comentar el carrerón de fórmula 1, ni insultar a los políticos.
Besitos a todos, sean felices y tratense bien unos a otros.
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