lunes, 29 de septiembre de 2008

Escocia, día 1

Bueno, pues hoy parece que voy a entrar algo más en detalle de lo que vi por esas tierras, con alguna fotillo y todo.

El primer día salimos de las oficinas de wild in Scotland, nombre de la agencia que organizaba el viajecillo, y, tras dejar atrás Edimburgo, ciudad con muy buena pinta y que me gustaría visitar en algún momento, fuimos hacia el noreste en nuestro minibus.

Hicimos una primera parada en las afueras de Stirling Castle, uno de los castillos más importantes de la historia de Escocia, en torno al cual hubo batallas, traiciones y luchas, que el guía nos contó o se inventó, lo que tuvo a bien. El castillo en sí no lo vimos por dentro, sino que estuvimos en un monumento cercano, la tumba de Robert the Bruce, personaje importante en la independencia de Escocia frente a Inglaterra.



Allí nos presentamos, diciendo nuestro nombre, que hacíamos allí y que superpoder querríamos tener en caso de poder elegir uno. Elegí teletransporte, aunque ahora dudaría. Obviamente, olvidé los nombres de todo el mundo a gran velocidad.

Del castillo fuimos a comprarnos el almuerzo en un Tesco, y de allí a ver a una vaca escocesa muy famosa de la zona.



Hay que reconocer que la vaquita era enorme, muy peluda y comía como nadie, que delante nuestro le dieron varios kilos de verduras que deglutió en segundos.

Subirnos al autobús y hala, a marchar hacia el siguiente destino. En este caso, una pequeña parada al lado de la tumba de Rob Roy, figura polémica y no muy claro si héroe o villano en su época. Curiosa su muerte: cuando ya era un anciano le desafió un chaval para hacerse el macho, y Rob Roy dijo, mira, me vas a ganar igual, así que te lo pongo fácil. Desenvainó su espada y se hizo un corte en la mano, para que el otro pudiera decir que había hecho sangrar a Rob Roy. El óxido de su espada le mató.



El caso es que desde la tumba aprovechamos para tirar monte arriba durante un ratito considerable, hasta llegar al sitio donde se reunían los McLaren ( Hamilton no andaba por allí, el cobarde de él ). Lógicamente, se reunían en lo alto de un monte, desde el que las vistas eran espectaculares, a pesar de que el cielo no dejó de estar cubierto de nubes en ningún momento. Allí comimos lo que habíamos comprado antes, y hala, monte abajo y al autobús de nuevo.



Desde allí ya entramos en lo que son las Highlands, la región más despoblada de Europa occidental. Primer punto que vimos, un poblado, o lo que quedaba de uno que fue arrasado por los ingleses como muestra de poder. Resultado: los clanes se llenaron de odio contra el monarca inglés de esa época.

La siguiente parada fue Inverlochy Castle, otro castillito en ruinas. Quedaban los muros exteriores y poco más. La gente se dedicó a trepar por los muros, sacar fotitos al río cercano... Desde el castillo se veía el pico más alto del Reino Unido, cuyo nombre no recuerdo, pero que pongo en la fotito.



Para llegar hasta aquí habíamos ido recorriendo lagos gigantescos. Escocia tiene cuatro lagos enormes, de los cuales el lago Ness es el más conocido pero no el mayor. Lagos de kilómetros de longitud y de anchura. Brutales. Hubiera sido un gran sitio para una parada nocturna y sacar alguna fotillo.

En la última parada antes del descanso final, dimos otro pequeño paseo por la naturaleza para acercarnos a una cascada pequeña, pero muy maja para fotillos. La lástima es que el mejor sitio para sacar fotos era un puente que oscilaba y la gente del grupo se estaba dedicando a causar perturbaciones armónicas y no armónicas, esto es, a monear y a dar saltos. La mejor foto que pude sacar es la que pongo, jugando un poco con el obturador. El tipo con el trípode que estaba en mitad del puente creo que nos odiaba a muerte. Lo comprendo.



Desde allí ya fue seguir recorriendo las Highlands con paradas esporádicas para baño y fotillos. El bosque desaparecía y quedaba una meseta con sotobosque y ciervos. Parecía un sitio poco favorable para excursionistas, pero hasta allí llega una senda de cientos de millas de longitud bastante popular para los excursionistas. También se veían bastantes caravanas.

Ya llegamos al sitio de descanso. Un albergue sin duchas, con bañeras, y con agua marrón. "Tin water", o algo así. Potable era, pero era extraño de ver. Allí nos dieron de cenar una sopa que no tengo claro de que era, y una especie de lasaña de las peores que he tomado nunca. No estaba mala, pero no sabía a nada reconocible ni bueno. La noche acabó cerca del fuego, entre cervezas, litros de cerveza, y algún whisky. Qué triste es pedirse un trago en UK. La cantidad de alcohol que hay en un shot es mísera.

Seguiremos mañana con el segundo día...

Besitos a todos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Pozi...una vaca..muuuuuuu pero que muuuuuuuu peculiar..... ;p