Buenas, otra vez he llegado ileso a Francia. Bueno, ileso, no, que como recordarán algunos, ayer me dejé el tobillo en un partidito de fútbol amistoso. Después de que mi médico favorito me dijera que no parece un esguince y me recetara ibuprofeno, parece que la cosa va mejorando. Ando sin problemas, subo escaleras sin problemas y cada vez me molesta menos.
El viaje, bueno... Una hora de retraso porque han tenido que sacar el equipaje de dos del avión. Sí, es lo que pasa cuando alguien factura y luego no embarca, que se lía parda y es un coñazo para el resto. Por cierto, un trípode de cámara es un arma contundente a facturar, según le han dicho a mi compañero de curro. En fin.
Después de llegar a Orly, sólo nos quedaba recorrer alguna decena de kilómetros para llegar a nuestro destino. Obviamente, no teníamos ni idea y no llevábamos mapa. Menos mal que hemos cogido uno que nnos cubría el 90% del trayecto y con nuestra memoria hemos conseguido rellenar los huecos. Ni una vez nos hemos perdido, sorprendente. Y menos mal, porque parece que pensaban que llegábamos ayer por la nnoche y ya nos esperaban impacientes.
El curro ha sido tranquilo. Algún breve momento de tensión, pero controlado. Casi aburrido. Esperemos que se mantenga en la misma tónica toda la semana.
Al volver hemos hecho unas fotillos ( menuda cámara con menudo objetivo gasta mi compañero: espectacular ), hemos cenado unas pizzas, y, ahora sí, nos hemos perdido para encontrar el hotel. Cuando ya perdíamos toda esperanza hemos visto un cartel milagroso que nos ha permitido llegar sanos, salvos y agotados. Mañana será otro día. Esperemos que algo más aburrido que hoy, porque como haya cualquier movida, aquí son finas.
Besitos a todos, os quiero, sobre todo a ti, a ti y a ti. Y también a ti.
PD. Los llaveros de lego ya están en camino, menos los Indianas. Claro, que yo no los recogeré hasta octubre.
El viaje, bueno... Una hora de retraso porque han tenido que sacar el equipaje de dos del avión. Sí, es lo que pasa cuando alguien factura y luego no embarca, que se lía parda y es un coñazo para el resto. Por cierto, un trípode de cámara es un arma contundente a facturar, según le han dicho a mi compañero de curro. En fin.
Después de llegar a Orly, sólo nos quedaba recorrer alguna decena de kilómetros para llegar a nuestro destino. Obviamente, no teníamos ni idea y no llevábamos mapa. Menos mal que hemos cogido uno que nnos cubría el 90% del trayecto y con nuestra memoria hemos conseguido rellenar los huecos. Ni una vez nos hemos perdido, sorprendente. Y menos mal, porque parece que pensaban que llegábamos ayer por la nnoche y ya nos esperaban impacientes.
El curro ha sido tranquilo. Algún breve momento de tensión, pero controlado. Casi aburrido. Esperemos que se mantenga en la misma tónica toda la semana.
Al volver hemos hecho unas fotillos ( menuda cámara con menudo objetivo gasta mi compañero: espectacular ), hemos cenado unas pizzas, y, ahora sí, nos hemos perdido para encontrar el hotel. Cuando ya perdíamos toda esperanza hemos visto un cartel milagroso que nos ha permitido llegar sanos, salvos y agotados. Mañana será otro día. Esperemos que algo más aburrido que hoy, porque como haya cualquier movida, aquí son finas.
Besitos a todos, os quiero, sobre todo a ti, a ti y a ti. Y también a ti.
PD. Los llaveros de lego ya están en camino, menos los Indianas. Claro, que yo no los recogeré hasta octubre.
1 comentario:
Estoooo... ¿Y qué ha pasado con los Indianas?¿Se han ido de aventura?
...sigh
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