jueves, 9 de noviembre de 2006

Me muero por vivir en un piso de 30 metros



Me quedo con la frase: "nosotros como idiotas les decimos que sí".
Los que venden casa son libres para pedir la cifra que más les guste, pero los compradores también tienen que darse cuenta que hay dos variables totalmente distintas: precio y valor. Y cuando una y la otra están muy alejadas, hay algo que falla en ese mercado. Y si alguien pretende hacerme creer que las casas han aumentando su valor en un 100% en cuatro años, espero que lo argumente bien, porque suena tan a fantasía como el cuento de la lechera o la alianza de civilizaciones.