La mala suerte es cuando vas un domingo tan feliz en coche a la piscina y de pronto el coche decide no continuar circulando y pararse al principio de una curva en una carretera de tres carriles donde no hay arcén.
La buena suerte es cuando el problema se limita a lo anterior, cuando ves que la guardia civil te protege de forma perfectamente organizada y todo queda en el susto que nos llevamos la pobre conductora, su hermana y yo mismo. Muy bien reaccionado por ambas, debo decir.
Como dato intrascendente del día, mi frondosa y hermosa barba ha desaparecido para que me de un poco de luz solar en la totalidad de mi cara. Qué raro me veo en el espejo...
1 comentario:
Jeje. Cambio importante en la vida, look nuevo. No falla.
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