En breves horas acaba mi semana en París. Mucho trabajo y poco tiempo libre, como suponía y como quería. A excepción de hoy, que no hemos hecho ni el huevo, para que engañarnos.
Sigo con pocas ganas de escribir, la verdad sea dicha. Necesito recuperar una cierta paz que he perdido y no se si puedo considerar recuperada. No me gusta esa sensación. Impotencia, lo llaman. Hay algo que sé que que ahora mismo no puedo perder. Miento, sí puedo perderlo, pero no quiero. Y nunca he estado tan cerca de ver como desaparece. Como lágrimas en la lluvia... Y quizás sea imposible que esto suceda, debiera serlo, pero hay veces que uno se pone en modo catastrofista, qué le vamos a hacer. A veces parece que los astros apuntan en nuestro favor, a veces parece que nos tienen enfilados. Y siempre que me enfilan, me pillan por París, todo sea dicho. Odio estar sin internete, odio estar sin poder comunicarme con quien necesitaba sin estar robando furtivos momentos de ordenadores ajenos.
Sigo con muchas ganas de escribir, pero sobre cosas que escribir no puedo.
Sigo con muchas ganas de escribir, pero sobre cosas que escribir no debo.
Sigo con pocas ganas de escribir, me temo. Besitos a todos, sobre todo a ti.
No hay comentarios:
Publicar un comentario