miércoles, 16 de abril de 2008

En medio de la semana

Es increible lo rápido que pasa el tiempo a veces, sin que nos demos cuenta. Tuve intención de haber escrito el lunes, pero acabé llegando tarde a casa y como que tenía cosillas pendientes. Ayer, tres cuartos de lo mismo. Curioso momento en el que estás hablando al pie de una boca de metro que piensas utilizar y ves que la puerta de abajo empieza a cerrarse. Obviamente, no corrí, bastaba con cambiar de boca, pero por un momento, pensé en recurrir a la épica. Claro, que una épica absurda, porque estaba en mitad de agradable conversación, y renunciar a ella hubiera sido tontería. Claramente, los buenos momentos tienen prioridad sobre la épica y las heroicidades absurdas.

Ayer cumplió años alguien de quien las malas lenguas ( ¿ o las buenas ? ) dicen que tiene cara de aceituna, o de hormiga, o incluso de ombligo. Menos mal que somos tus amigos y te queremos, que si no un día acababas con nosotros por todo lo que tienes que aguantarnos. Y tendrías razones para ello. Supongo que su próximo cumpleaños lo celebrará ya usted por tierras lejanas. Se le echará de menos, no lo dude. Felicidades de nuevo, chaveo!

Por cierto, que una nueva disculpa para quien con razón disgustose ayer conmigo. Ciertamente, pude y debí hacerlo mejor, pero pensé poco. Vuesa merced merece que yo piense un poquito más, sin duda.

Siguiendo en la línea de los mensajes personalizados, mucho ánimo para quien necesita mucho ánimo. 

Grandes libros he leído ultimamente, sin duda, y algunos con muy buena pinta aún me esperan. Algún día haré un resumen de mis últimas lecturas, porque algunas valen la pena. Mientras sigo sin ir a la biblioteca, algo que necesito urgentemente, por motivos económicos y casi espaciales, el lunes hice otro pedido a la fnac, de cinco o seis libros. Este año estudio poco, pero estoy leyendo lo que tenía pendiente desde ni se sabe cuando.

Hoy no hablo ni del Tibet, ni de Darfur, ni de Espe, ni del Sáhara, ni de la bajada de los pisos. Los humanos somos así, que nos afecta mucho más lo cercano que lo lejano, quizás porque esa sea nuestra forma de vivir y no sufrir ante cualquier desastre en el planeta. Afecta mucho más a nuestras emociones y nuestros sentimientos un agradable paseo, el cumpleaños de un amigo, disgustar a alguien que queremos o que alguien que nos importa necesite todo el apoyo posible, a que haya trescientas guerras en el planeta y mueran millones de personas de forma injusta.Será nuestra forma de no volvernos locos, o simplemente la cobardía que nos hace quedarnos en nuestra confortable burbuja de cristal y no querer mirar más allá.

Nada más por hoy, y nada menos. Que lo poco que queda de semana laborable sea rápido y entretenido y, como decía la canción, nos vemos en los bares.

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