Es una obra dura, tensa, profunda, una obra que no es fácil. Hay drama, teatro dentro del teatro, discusiones filosóficas... No es la típica obra para acercarse al teatro esporádicamente, desde luego.
Con todo, es la obra que el grupo de teatro El Espejo, del que forma parte un compañero mío de trabajo eligió para representar. Una apuesta fuerte, sin duda. Siempre será más fácil representar comedias que dramas, más fácil hacer reír con textos fáciles que conseguir que la gente disfrute y se involucre en densos dramas.
Ayer tuve la suerte de verla representada. Vaya primero por delante un comentario sobre mi habilidad personal para ver la obra el día que mi compañero apenas decía nada ( aunque tuvo dos frases en las dos modificaciones más claras que han hecho al texto ). Me hubiera gustado verle actuar después de haber visto todo el tiempo que ha dedicado a prepararse el papel. Mi torpeza siempre por delante.
¿ Por qué digo que tuve suerte en verla ? Primero y más obvio, porque conseguir entradas era un milagro. Las entradas se repartían a partir del viernes a las nueve de la mañana en el centro cultural, así que tienes que poder ir a buscarlas, lo cual es harto difícil si trabajas. Además, es gratis, lo que hace que toda la tercera edad se abalance ese día por la mañana para conseguir entradas para la obra, independientemente de la que sea. El 90% del teatro estaba jubilado, increíble. Debería buscarse un mecanismo para que el resto de la población también tengamos que poder asistir a estos eventos sin recurrir a piruetas y liar a gente. O que cobren, a ver si así seguían acudiendo en tropel los que llenaban la sala.
Lo segundo por lo que tuve suerte es porque me encanta el teatro, claro, y poder ver representada una obra siempre es una suerte ( salvo casos muy puntuales, como una que recuerdo destrozada por María José Cantudo, una de las peores actrices que se ha subido a los escenarios madrileños ). Soy incapaz de leer teatro, me pierdo, no aprecio las sutilezas. Pero verlo representado me apasiona.
Y lo tercero es que me gustó tanto el texto como la representación. No voy a decir que no se notan que sean aficionados, porque mentiría. Hay actores mejores, hay otros peores, normal. El casting está claro que lo haces con la gente que tienes y no puedes buscar a nadie más, así que hay algunos que no pegan en el papel que tienen, pero el resultado final es más que digno. Representar una obra de tal calibre, con tanta gente en escena, con tanto drama, no es trivial. El resultado final es meritorio, sin duda alguna. Por destacar a alguien, me quedo con el padre. Uno de los papeles más largos y con más juego, de lo más difícil, y que fue bastante bien interpretado.
Lo peor, sin duda, un porcentaje considerable del público. Sí, me crispa la gente que va a las cosas solo porque son gratis, sin saber lo que son y que privan a los que podrían disfrutarlo de ir. Gente que se ríe en momentos absurdos, a la que le suena el móvil ( tres teléfonos, tres, nos deleitaron con su melodía ), que posiblemente no se enteró de la obra.
Un chapeau para toda la compañia, se nota que les gusta lo que hacen y que lo disfrutan. Ojalá todo el mundo sintiera lo mismo por el teatro que ellos.
¡Aquí está todo el daño! ¡En las palabras! Llevamos todos por dentro un mundo de cosas, en cada uno el suyo propio. ¿Cómo es posible que nos entendamos, señor, si en las palabras que yo digo incluyo el sentido y el valor de las cosas tal como yo las considero, mientras quien lo escucha, las asume inevitablemente con el sentido y el valor que tienen para él, de acuerdo al mundo que lleva en su interior? Creemos que es posible entendernos, ¡pero no nos entendemos nunca!
( Luigi Pirandello, Seis personajes en busca de autor )
3 comentarios:
gran autor el señor pirindolo!!!
;p jajajajaja..
una de las frases con las que identificarse...
...grrrr...grrrrr...grrr....y más grrr...
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