Ayer, el plan fue largo y con diversas paradas: empezamos con Matisse en el museo Thyssen. Sigo con mis opiniones encontradas: tiene cuadros geniales, pero tiene otros que parecen bosquejos, preliminares. Bien es verdad que ayer vi por primera vez ( creo ), algunos dibujos suyos, y queda clara la buena mano que tenía. Otra exposición en la que pago de más por no tener mi carnet de estudiante... Soy idiota.
Desde ahí nos fuimos a la escalera de jacob, a ver a una cuentacuentos que contaba relatos eróticos. Sonaba arriesgado, pero el caso es que prometía. Y me gustó: la narradora, argentina ella, interpretaba los cuentos y las historias muy bien, dandoles mucha fuerza, gesticulando mucho... Los vivía. Además, yo contaba con que iban a ser historias de cama más o menos detalladas y graciosas, pero resultó ser bastante distinto. Contó diversas historias sacadas de varios sitios de la literatura universal: el capítulo 68 de Rayuela, un relato de Benedetti, tres de Kim Monzó ( de los cuales ya había leído dos, curioso ), dos historias de las mil y una noches... Distinto a los que esperábamos, pero entretenido, sin duda. Al final acabó con un recopilatorio de anuncios clasificados muy simpáticos y eso sí, te quedaban ganas de comer berenjena. Tengo que investigar la receta de la berenjena con jengibre, que me entró curiosidad... Un plan diferente para un sábado, de vez en cuando, se agradece!
Luego fuimos a Latina, Lavapies, Huertas... y a casa en el último búho. Cundió el sábado, cundió!
Mañana, otra vez, a Paris. Gracias a Iberia por suprimir el vuelo de las 7:00. Besos a todos desde Maherit. Sobre todo, hoy, como no, para ti.
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