A los porteros nos condicionan los errores, a los delanteros, los aciertos. Es de suponer que eso acabe dejando huella en nuestro carácter. Tenemos que asegurar, dar confianza, convertirnos en el último dique que le queda al equipo. Si un equipo no confía en su portero, todo se viene abajo, la defensa está más insegura, se viene atrás... El principio del fin.
Los errores sepultan. Se graban en la piel como tatuajes. Marcan trayectorias y cambian glorias por hieles. Sueños grandiosos por grandes olvidos.
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Ver a Victor Valdés y querer hablar de los errores de los porteros es todo uno. Aunque el gol ha sido mala suerte... Veo mal a Puyol, por cierto.
Grandes las fiestas de la Paloma. Pocos borrachos hubo, recuerdo solo uno. Y con conversación muy curiosa con una moza que acababa de conocer. A veces uno se encuentra que hace comentarios y le responden. Espadas en todo lo alto. Gracioso, sin duda. Entraba en lo posible.
Besos a todos, esperemos que el fin de semana llegue cuanto antes. Un beso sobre todo para ti, más grande, sonoro, acogedor.
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