lunes, 22 de febrero de 2010

Entierros digitales

Me he colado en tu ordenador, he borrado mi dirección de correo de tu agenda. Uno a uno, he ido suprimiendo todos los correos en los que salía mi nombre. Borrar las fotos ha llevado más tiempo: tenía que saber si esa mano era la mía, o si ese que estaba de espaldas en la parada del autobús podía ser yo. En tu historial de navegación, he borrado las veces que entraste a mi blog o a cualquiera de mis páginas personales. No dudes que he eliminado, obviamente, el historial de nuestras conversaciones en los chats, aparte de haber dejado de ser amigo tuyo en todos y cada uno de ellos. En la carpeta de documentos, he buscado todo aquello que podía relacionarnos, y ha ido directo a una papelera de reciclaje que ya está vacía. Por suerte, sólo había un video en el que yo aparecía. Ya no existe.

En el interior de tu ordenador ya no queda ninguna traza de mi existencia, sólo huecos que serán fáciles de rellenar por cualquier otro. Es agotador desaparecer de una vida que se torna ajena de golpe.

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( Dedicado a la muerte de mi perfil de tuenti )

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