jueves, 25 de febrero de 2010

La riqueza olvidada ( y 2 )

( teclado ingles, lo siento! )

Que hace mi marido levantandose a estas horas? Es demasiado pronto para que entre a trabajar y ademas, lleva solo tres horas en la cama. Va hacia el salon, parece por sus pasos... Si, ha abierto un mueble. Debe estarse poniendo una copa, suena exactamente a eso. Votaria por whisky, dado que no se ha puesto hielos antes. Mas pasos y se enciende una luz. Ha abierto la nevera. Si, whisky definitivamente, lo esta reduciendo.

Deberia ir y beber algo con el? Seria el momento mas intimo que hemos tenido en meses. Desde su ascenso, su vida se ha convertido en una carrera que parece perder continuamente. Reuniones, viajes, informes, plazos, fechas... Un mundo que se le ha caido encima y que parece va a acabar por aplastarle. Confie en que eso solo fueran los primeros meses, la adaptacion al puesto, pero no, ha sido un continuo. Ni se me ocurre hablarle de vacaciones, ni de fines de semana alejados de todo. Se que se llevaria el portatil, que se sentiria culpable y trabajaria de madrugada.

Lo peor es que creo que ni siquiera es feliz. Lo noto cuando mira a los ninyos. Fija la mirada en ellos, aprendiendo sus facciones, memorizando sus gestos, como si fuera a pasar mucho tiempo hasta que pudiera verlos otra vez. Ellos le adoran, pero saben que no esta ahi. Ya han dejado de preguntarme si vendra a los partidos, a los conciertos, a jugar con los primos. Para ellos es casi un pariente lejano que viene, ocasionalmente, de visita.

Y para mi? Hay veces que le siento como un desconocido, con una vida paralela. Menos mal que tenemos los moviles y eso nos permite estar en contacto. Le noto agarrarse al telefono al otro lado, buscandome. Me envia mas besos a distancia de los que luego podemos darnos. Querria que estuviera mas conmigo, que me abrazara, que me besara... Necesito una noche de pasion cuanto antes, maldita sea. Ya casi ni me acuerdo lo que era clavarle las unyas y gritarle al oido... Pero le quiero, le quiero, le quiero...

Le quise cuando era un adolescente, cuando crecio y sus trajes tenian mas arreglos que un coche en la postguerra, cuando nos casamos sin tener ningun futuro por delante, cuando empezo a prosperar, cuando fuimos padres. Le quiero ahora, con locura. Si, porque sin locura no hay forma de querer a quien no esta presente.

A veces le veo todavia en nuestra boda, en aquella mierda de casa donde pasamos la luna de miel. Echo de menos todo lo que sentiamos entonces y quiero gritarle que mande tomar a tomar por saco, que dimita, que renuncie, que queme los trajes, trocee las corbatas, despedaze el portatil y el dichoso telefono que suena cada minuto con un correo nuevo. Quiero agarrarle de la mano y que corramos por los campos, veloces, olvidandonos de todo. Vendemos esta casa tan grande como sus ausencias y nos vamos los cuatro, al campo, a buscar un trabajo humilde en cualquier pueblo donde el tiempo no te persiga, sino que te aporte paz.

Pero ya viene a la cama, y no voy a perturbarle con mis ninyerias. No puedo pedirle que renuncie a su vida, a todo, por unos recuerdos mios del pasado, por querer poder besarle cada hora.

Me hago la dormida y el, a mi lado, vuelve a dormirse al minuto. Le beso, le acaricio el pelo y, me duermo pensando en todas las noches junto, respirando al lado del otro. Ojala los dias pudieramos compartirlos.

3 comentarios:

Jorge Alonso dijo...

Vaya, vaya, vaya...
¿No tendrás previsiones de ser tan rico? ¿No te habrán ofrecido un ascenso meteórico y te estás cagando?
Que cosas más curiosas escribes..

vatos dijo...

Si, he decidido casarme, tener dos hijos comprarme una casa y... despertarme despues, claro!

Claro, que escribo esto estando de
call-in, que es lo mas cerca de ser rico que me veo y un ascenso con respecto a otros viajes sin extras, ademas...

Pakitoooo(tu marido) Perea dijo...

Ni vamos a tener dos hijos, ni vas a ser rico, sin mi consentimiento cariñin!!!