Ayer estuve con Nacho en la manifestación convocada por Rajoy para protestar por la medida de gracia tomada con De Juana Chaos, el valiente luchador revolucionario y aguerrido defensor de las libertades y derechos del oprimido pueblo vasco.
Y es que hay que protestar. Es vergonzoso que una persona tan noble, capaz de acabar con tantos opresores y autor de algunas de las más bellas líneas jamás escritas en defensa de la libertad haya sido sometida a la opresión del estado. Este estado fascista en el que vivimos ha decidido suprimirle su libertad a elegir lo que quiere hacer con su vida. Si el héroe vasco tomó la decisión de dejarse morir de hambre, el gobierno no es nadie para obligar a seguir vivo. Si decidió que prefería morir a poder ser trasladado a su casa para acabar de cumplir su condena, hay que acatar su decisión.
Dicho de otra forma, es vergonzoso que el gobierno de un país democrático claudique ante una huelga de hambre, sea de un etarra, de un carterista, o de los trabajadores de una empresa. Ha sentado un terrible precedente, y ha demostrado una debilidad como jamás se había visto en la democracia.
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