domingo, 6 de mayo de 2007

Diciendo adiós a la soltería


Ayer (y hoy también, que hemos acabado casi con los primeros rayos de sol), fue la despedida de soltero de Nacho. Despedida de soltero importante y que marcará las futuras, al ser el primero de todo el grupo de amigos del colegio que se casa. Así que había que ir con cuidado, había que hacerle sufrir un poco, pero tampoco hasta extremos que se llenara de odio y exigiera venganza contra los siguientes.

Y hubo suerte. Le vestimos de payaso y nos dedicamos a pedirle que hiciera cosas que realmente le encantan hacer: hablar con desconocidos, hacer el mono por la calle, ponerse a pedir en el metro... Acababa poniéndose él las pruebas más difíciles de lo que nosotros le pedíamos.

Consiguió entrar sin pagar en el metro, reunió 50 céntimos en diferentes vagones del metro pidiendo como un pobre becario al que sus amigos le hacen pedir para pagarse las copas mientras los pasajeros le sacaban fotos y se partían de risa, entró en el Victoria cantando el cumpleaños feliz a Manolo y declarándose de rodillas a Claudia, fue pidiendo besos por la calle a jovencillas y a viejecillas... Y aquí llegó la primera gran frase de la noche. Se acerca a dos viejecillas y les suelta el rollo para que le den dos besos. Una se los da y la otra le responde:"Tú lo que tienes es más cara que espalda". Juventud de caraduras que acosan ancianas. Después, cuando le dijimos que fuera pidiendo a la gente que votara a Miguel Sebastian, también tuvo grandes momentos: "Vota a Miguel Sebastian, que es rojo". Le damos más tiempo y el candidato de IU saca más votos que el candidato del PSOE.

Antes de llegar al sitio de la cena, y mientras hacíamos tiempo, le mandamos a hacer falsos malabares a los pasos de cebra mientras pasaban los coches. Y lo vivió. No sólo hizo los malabares, sino que se puso a hacer ruletas laterales. Y de esto hay un video que espero se pueda ver en breve, en cuanto Joe lo convierta, o lo suba a youtube o similar (protegido con contraseña, espero).

La cena fue en el Pele Mele. No encuentro ningún enlace oficial, así que lo cuento. Es un restaurante de comida tipo Hollywood pero con algún cambio: las mesas tienen teléfonos desde los que llamar a otras mesas, hay espectáculo (un drag y dos strippers) y finalmente se transforma en una especie de discoteca. Como casi todas las mesas son del mismo estilo, esto es, despedidas de soltero, hay muchos grupos de hombres y mujeres que se dedican a hablar entre sí y "picotear". Y si encima tienes a Nacho al que vas enviando de mesa en mesa de Cicerone, mejor que mejor. Desde luego, si estas soltero, es un sitio en el que puedes hablar con una cantidad de mujeres mucho mayor que en cualquier discoteca. Y encima ellas también han ido con una cierta predisposición para conocer gente. Eso sí, los "casados" del grupo estábamos tranquilamente en nuestra mesa mirando como los solteros se dedicaban a ir picoteando de mesa en mesa, algunos consiguiendo móviles, otros quedando para después con algún grupo de mozas y alguno incluso triunfando.

Del espectáculo, poco que decir. El drag apenas hizo nada, el hombre que se desnudo apenas lo vimos, porque estaba rodeado de hormonas femeninas en ebullición (y además no queríamos verle) y de la stripper, apenas recuerdo nada, porque decidimos no mirarla porque nos parecía algo machista observar como se desnudaba una mujer. Eso es propio de fascistas y gente sin gusto ni criterio. Así que no la vimos el culito respingón ni las perfectas tetas (según parece por los que la vieron, operadas claramente). Los auténticos machos no miran a las strippers.
Nuestras novias pueden estar orgullosas de nosotros.

Y después del espectáculo llegaba el cachondeo. Todo el mundo bailando y los grupos mezclándose unos con otros. Por alguna razón, acabé subido en un banco escuchando como el gran cazador de facóqueros estaba utilizando uno de los teléfonos para comunicar con una mesa de mujeres de otra planta diciendo que se llamaba Patxi y era de Vizcaya. Este hombre no tiene precio. También en la confusión hubo quien consiguió un teléfono de una ovetense a la que espero llame hoy para que no haya que partirle las piernas por cobardía infame. Por supuesto, a todo esto, nuestro agasajado infinitamente feliz, pululando de un lado a otro y animando más la fiesta que los propios animadores del local. Deberían contratarle y se forraban.

Cuando el Pele Mele cerró, fuimos hacia El Doblón, puesto que cenando en el Pele Mele te dan una invitación con copa allí. Gran error de la noche. Los puertas no nos dejaron pasar por considerar que unas Converse eran calzado deportivo. Espero que nadie las utilice para hacer deporte, porque desde que surgieron con esa intención, el calzado ha mejorado mucho con el paso de los años y ahora se han quedado casi como un icono de moda. Así que estuvimos un rato parlamentando en la puerta, un rato insultándoles en la puerta, donde no les gustó que les denominaramos como antro, (encajan con la descripción), diciendo que se iban a aprender nuestras caras y que no íbamos a poder entrar nunca. Creo que no se dan cuenta que si no dejas entrar a alguien a un local no va a querer volver nunca de forma autónoma y sin que tú se lo prohibas, pero bueno.

El caso es que, por unas cosas u otras perdimos bastante tiempo en la calle hasta que finalmente decidimos partir hacia Avenida de Brasil. Y el caso es que lo hicimos en compañía de un grupo de mujeres que también estaban de despedida de soltera.

En Avenida de Brasil estuvimos en el Moby Dick, donde la música es rock muy majo y donde aguantamos hasta que nos echaron. Hubo escarceos y flirteos entre ambos grupos, pero sin llegar a nada. Y eso que había tres o cuatro mozas que parecían dispuestas. A algunos les pudo la presión y no pudieron concluir su habitual caza y otros no pudieron remachar a pesar de tener posibilidades en más de un frente. Eso sí, la última vez que Nacho se toma un red bull. Hay que ver la energía que derrochaba al final de la noche.

En resumen, gran noche, especialmente para Nacho que fue el auténtico rey de la fiesta. Con este precedente, las futuras despedidas tienen que ser de buen rollo y haciendo feliz a la gente. Aunque conseguir hacer tan feliz a alguien como lo era este hombre ayer va a ser difícil. Aunque alguien que yo me se vestido de torero por Basilea seguro que se lo pasa bastante bien.

P.D. Por ahora, hay una galería de fotos del evento subida a Picasa. Obviamente, está protegida, así que el que quiera verlas, que pida la dirección por mail.

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