Imaginemos algo terriblemente sencillo, como renovar el dni o el pasaporte. Un proceso que, es un suponer, debería tardar como mucho diez minutos por persona, y eso, en el caso de que esté diseñado por un mono tuerto y harto de la humanidad. Eso quiere decir que, en una comisaria en la que hubiera ocho personas haciendo dnis y pasaportes, se podrían hacer 48 documentos por hora. Pongamos 40 por pérdidas de tiempo intermedias debido a complicaciones, errores informáticos,...
Bien, sigamos en el bello mundo de las hipótesis. Si se pueden hacer 40 documentos por hora, y se da hora para 80 personas para hacer dni+pasaporte y 30 personas para hacer solo el pasaporte, eso quiere decir que todo se acabará en... 190 / 40, unas cinco horas.
Pues bien, todos los datos anteriores no son hipótesis, no. Son la pura realidad. Hemos llegado el amable vecino y yo a la comisaria central a las 7:30 ( no abren hasta las 9, todo sea dicho), nos han dado el número 67 y 68 para renovar el pasaporte ( sí, se nos ha colado una maldita cretina ) y hemos salido por la puerta a las 13:30, minuto arriba, minuto abajo. En total, 6 horas para conseguir un pasaporte y un dni electrónico en los que salgo realmente con cara de idiota ( para variar).
Harto y furibundo de recordar semejante tropelía se encuentra mi alma, yerta de cansancio y abandonada de toda esperanza en la castellana burocracia. Pensé que yo permanecía en España y eran otras las que estaban en Senegal. ¿ Será que mi viaje a Egipto se ha adelantado y me encontraba en mitad de África? ¿ Harán esto los ciudadanos de la república francesa?
¿ Tardará lo mismo el excelentísmo presidente en renovar su documentación? ¿ Hará cola Lionel Messi para conseguir su dni después de ser nacionalizado? ¿ Sería esto aceptable si lo hiciera una empresa privada?
Hasta los mismísimos de la incompetencia de la burocracia. Pero vamos, para golpear a alguien hasta que el puño se convierta en un muñón sangriento...
Por lo demás, el día bien.
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