domingo, 9 de marzo de 2008

Cuando respirar es imposible

Ayer volvimos a perder al baloncesto, como era previsible. Y mira que los contrarios eran malos hasta decir basta. Sin embargo, vamos seis únicamente y de milagro, como quien dice. Seis bajitos, a excepción mía, que no es que sea una torre tampoco. Seis con un físico bastante justito la mayoría.

Yo lo pasé realmente mal. Más que nada, porque respirar no podía. No me llegaba oxígeno suficiente al cuerpo para poder correr continuamente, y me iba arrastrando por el campo. Después de cada carrera, tenía que recuperar aire a marchas forzadas. Qué horror! Así que marqué cero puntos, otra vez, a pesar de tener algunas ocasiones clarísimas, incluyendo el último tiro, bajo canasta y sin nadie. Soy espantoso y merecería ser azotado. Culparé a todos los mocos que atascan mi sistema respiratorio de no tener confianza ni fuerza ayer para haber hecho algo en el partido, salvo ser el que más tiempo pasó en el banquillo. Eso sí, tomen nota, la última vez que me voy al banquillo por llevar cuatro faltas. Que no era el único en esa situación, pero sí el único que se fue a sentar.

Al menos no defendimos del todo mal, que es lo único que podemos hacer teniendo en cuenta lo malos que somos en ataque. Cuatro cortes, poco movimiento de balón... La jugada habitual es una pedrada o que alguien se la chupe sin venir a que. ¿ He dicho ya que somos espantosos ?

PT 45 - PDyL 20

No hay comentarios: