domingo, 3 de agosto de 2008

Quizás

Quedar en la puerta del Casino es una bella metáfora. Lanzas los dados y confías. Por ahora, parece que aún están rodando y no se sabe si caerán en un número que no lleve a ningún sitio o será una cifra que haga que la jugada valga la pena.
El caso es que si nunca se tiran los dados, nunca se puede ganar.

Ha venido bien este extraño fin de semana para descansar y espero que para dejar descansar.

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