Algunos, no todos, recordareis que la bella mujer que es mi novia está viviendo y trabajando por Irlanda (sí, es peloteo, al que no le guste, que no lea). El caso es que en las últimas semanas su vida allí ha sufrido algunos cambios y, como si no los cuento aquí nunca nadie va a enterarse, aprovecho.
Primero y totalmente intrascendente: ha abierto un nuevo blog. La probabilidad de que escriba en él con frecuencia tiende a cero, pero a lo mejor nos sorprende a todos. Permaneced a la escucha. El enlace lleva unos días en mi blog, así que si lo olvidais, sabeis donde encontrarlo.
La segunda noticia es que se cambia de casa. Después de diez meses en la misma casa a una hora del centro en uno de los peores barrios de Dublín, se muda quien sabe a donde. Por ahora está temporalmente en una casa a media hora andando de su trabajo, pero sólo tiene veinte días para estar allí. ¿ Encontrará algo en ese plazo o tendrá que mendigar un hueco en un sofá entre sus conocidos? La respuesta, en un máximo de veinte días.
Y la tercera noticia es que en el trabajo, con el poco tiempo que lleva, la han hecho ya responsable. Lo que posiblemente implique que la suban el sueldo, cosa que aún no tiene clara. Está claro que no es el trabajo de su vida, pero siempre es bueno que te reconozcan lo que haces. Obviamente, todo el mundo piensa que es una trepa. ¿ Por qué piensa eso la gente? Porque trabaja con españoles, que somos una raza que no reconocemos el trabajo, sino que siempre que a alguien le van bien las cosas sospechamos de oscuras razones para ello.
Y no hay cuarta noticia por ahora, porque hasta que no saque el billete para venir a la boda del año, no diré que podreis verla por España. Como siga tardando en sacarlo acaba viniendo en Business.
Con esto acaban las noticias de mi media patata (diría naranja, pero lo que hay en Irlanda son patatas).
Datos que quería comentar: acabo de ver el capítulo 17 de la temporada 18 de los Simpson, y, además de incluir a Marge enganchándose a un juego online, lo más curioso del capítulo es ver a Ronaldo con la camiseta del Madrid hablando de fútbol. Es lo que tiene que los capítulos no puedan editarse en dos minutos. Claro, que es muy probable que nadie en EEUU se haya dado cuenta.
Como otro dato televisivo interesante, ayer pusieron en Cuatro el tren de la muerte, película que recomiendo encarecidamente a todos aquellos que les gusten las películas en que monjes católicos se pelean con asesinos disfrazados de monjes y monjas. El absurdo total en una película en la que, encima, intentan fliparse en las cuatro peleas que tienen. Eso sí, la idea del guionista de utilizar como tren cargado con un virus mortal uno lleno de religiosos en peregrinación a Lourdes dice mucho acerca de su persona, y nada bueno.
Para los que se salten las entradas de fútbol, como mi novia hoy múltiples veces mencionada, el sábado siendo portero marqué el gol del empate en el último minuto. Lo pongo de nuevo porque me congratula hasta extremos insospechados y os dejo que me feliciteis por ello.
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