Ayer a las 7:30 cogí un avión a París, a las 19:30, uno hacia Madrid. Viaje en el que llegué, apenas hice nada, y volví con gran éxito. Para los que entiendan algo de informática, puse un debugger a un programa, miré donde se había quedado colgado y le dije al inglés que tenía que arregarlo el archivo y la línea. Fue sencillo, aunque podría haberlo hecho el solito y sin que el cliente se hubiera dejado la pasta que se dejó en mi viaje. Solo mi billete en business sacado el día anterior debió costar más que mi sueldo o casi.
El caso es que volví corriendo para poder estar a las 22:00 en casita, cosa que conseguí y que era uno de los objetivos del día. Me acosté tarde, intentando arreglar cosillas de esas que sabes que están fastidiadas pero no sabes por donde y resulta que es por un sitio distinto totalmente y mucho peor a lo que pensabas al principio.
Hoy día futbolero, en el que hemos jugado bajo el bello sol madrileño. Alguien ha debido correr algo, aunque no tengo muy claro quien puede haber sido. Yo he marcado dos goles de bella factura, aunque debieran haber sido muchos más si mis compañeros confiaran en mi en vez de en ellos mismos, que no suele ser nunca lo óptimo. A los doctores se lo permito, pero no a ECM, que es basura y juega con el uniforme negro del Valencia, que hay que ser tonto para jugar con eso puesto.
Alemania ha ganado a Turquía. Nos esperan a nosotros en la final o a los rusos. Alemania, si pasa Rusia, merecería ganar la Eurocopa, porque se ha ido enfrentando contra todos los equipos que le tienen odios más o menos cercanos, faltaba Francia. Alemania-Polonia, Alemania-Turquía, Alemania-Rusia. Lo de Alemania contra Rusia ya viene de lejos, aunque ahora serían 11 contra 11 y sin el duro invierno de por medio. Confiemos en que eso no suceda y sea Alemania contra España, que sucedió ya con los tercios, aunque ni Alemania fuera Alemania, ni España, España.
La semana pasada hice uso por primera vez de mi carnet de biblioteca pública. Tres libros, tres, ya finiquitados. Juan José Millás, Ella imagina. Una colección de relatos que juegan con la realidad, la fantasia, confundir unas personas y unas situaciones con otras. Algunos relatos son pequeñas joyas, muy bien escrito, sin duda.
Relatos escalofriantes, de Roald Dahl. Muy entretenidos, originales, y algunos con unos toques de ironía y mala leche escalofriantes, ciertamente. ¿ Por qué no es útil la literatura ? de Luis García Montero y Antonio Muñoz Molina. Tres discursos en los que se defiende la importancia de la literatura y la poesía, sobre todo en la escuela.
Ahora estoy con la trilogía de Nueva York, de Paul Auster. Por ahora, me está pareciendo un libro genial. Y eso que lo primero según lo voy leyendo voy recordando que lo he visto en una novela gráfica que por suerte no recuerdo bien. El libro parece merecedor de su fama, sin duda alguna.
Mañana quiero a todo el mundo de rojo gritando como energúmenos para animar a España! Todos escuchando a los Nikis!
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