Escribir un relato como el de ayer es sencillo. Buscas una situación cotidiana y, con unos cuantos cambios, la adornas y haces que se convierta en algo totalmente distinto.
Hoy me gustaría poder hacer eso, pero se me hace imposible. Hay situaciones que no pueden embellecerse, y escribir sobre ellas soy incapaz de hacerlo. Si no puedo aportar nada positivo, prefiero guardar un respetuoso silencio.
Hoy, de nuevo, me limito a enviar un abrazo.
Un fuerte abrazo.
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