En la fnac hicieron un concurso de microrrelatos. Aún no hay ganador, pero ya hay finalistas. Me presenté y, por desgracia, no voy a ganar. Eso sí, daban seis euros por presentarse, así que es la primera vez en mi vida que me pagan por escribir algo, jeje.
Aprovecho y pongo aquí el texto, por si alguno tiene curiosidad. La temática del concurso era: el libro.
¿ Se puede ser más cruel haciendo menos? Ella asumía que después de tal humillación, él iba a buscar venganza. Cuando a la mañana siguiente él se fue después de haberse pasado la noche recogiendo sus cosas, despidiendose como si nada, pensó aliviada que su resentimiento se habría esfumado.
Tardó días en darse cuenta que él había cometido el asesinato más vil y doloroso, mutilando las últimas hojas de todos los libros de su biblioteca.
Lloró durante semanas, en las que se sentía incapaz de tocar a esos volúmenes mutilados por su culpa.
Tuvo que remendarlos, uno a uno, copiando de volúmenes prestados las palabras cercenadas. Hasta que no acabó con el último no pudo descansar ni concentrarse. Ese libro final fue Rayuela: le había arrancado la última hoja de cada capítulo. Y los índices.
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