Ayer, tarde con eventos distintos a los habituales. Primero, ver bailar a nuestra india favorita, que no se mueve mal la chica, hay que reconocerselo. Mejor hubiera sido que no hubiera estado dentro de un festival de mil horas, pero bueno. Como estábamos atrás haciendo comentarios a mala idea, pues la espera fue más amena. Una bailona está hecha. Digno de mención también un número de baile español, con castañuelas y zapateado. Realmente chulo.
Después de eso, una cenita rápida y una caña en un Gambrinus. Nos sentamos tranquilamente, y antes de que nos diera tiempo a acomodarnos, la mesa de al lado, de nueve personas, se levanta y salen corriendo. Lo que viene a ser un "simpa", en toda regla. El camarero empieza a salir detrás, pero ve que no llega y se frena casi al instante. En esto que suena un golpe, lo típico de uno de los que corren que se ha dado un golpe tremendo contra algo, y dos camareros vuelven a salir corriendo. Uno de los tipos del "simpa", cazado. La policía vino a conversar con él y se lo llevaron después de un ratito. Por supuesto, ninguno de sus compañeros vino a echarle una mano. Es lo que tienen los simpas, asumes que si pillan a uno, se fastidia. Claro, que pasar por el cuartelillo por esa chorrada como que no vale la pena. Pensabas ahorrarte 20 euros, y te encuentras con una denuncia por 200 o 300. Por listo. La duda es si denunciar a todos los compañeros de mesa o asumir que eres el tonto y pagar tu por todos. Mi voto era dar una lista de unas cincuenta personas, ya por joder. Por supuesto, os incluiria a todos, aunque estuvierais en esas fechas en mitad del Pacífico navegando en un barco pesquero.
En unas horas, España contra Italia. A ver si pasa lo de siempre, lo habitual o un milagro. Confiamos en ganar, que ya nos toca. Es el momento de llegar a semifinales a que Rusia, a la que ganamos cómodamente, nos devuelva el oro de Moscú.
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