El título de arriba es el título del último libro de David Trueba. Comenté por aquí "cuatro amigos", que, aún sin convencerme, me había tenido bastante entregado y me había parecido que tenía un final realmente conseguido.
Esta novela mejora claramente la anterior. Aunque sigue habiendo una importancia demasiado exagerada a todo lo sexual, cae menos en lo vulgar, en lo chabacano. Las historias se desarrollan y mezclan magistralmente. Los personajes están vivos, llenos de matices, de sentimientos, de caídas, recaídas. De momentos que les definen como algo más que palabras. Todos son unos perdedores, en mayor o menor medida. El abuelo, el padre, la nieta. Todos van viendo como la vida les golpea, mientras avanza. Hay momentos buenos, hay momentos malos. Pero en general, no acaban más que haciendo algo similar al título: aprender a perder. Los capítulos son cortos, sin detalles superficiales. Los personajes, todos, creíbles, realistas, humanos. Seres vivos con sus miserias, sus debilidades, sus dudas.
Gran libro, altamente recomendable. Ganar no hace falta aprenderlo, es algo natural al ser humano. Lo difícil es saber perder, darse una torta y levantarse, buscar a una persona, esperar que nos diga algo, no encontrar ninguna palabra en sus labios y no poder hacer nada. Mirarse cada mañana al espejo y saber que no queda sino tirar hacia delante.
( Como Corolario aparte, parece que al final no vamos a Ortigueira. Empecé a sospecharlo ayer y hoy se ha confirmado. La vida a veces es más previsible de lo que parece. A veces, acertar carece de gracia )
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