domingo, 20 de julio de 2008

Tarde de tele

Si el jueves hablaba de "En el mundo a cada rato" y decía que podíamos aprender del tercer mundo, hoy me toca puntualizarlo.

Mientras escribía con el ordenador esta tarde, he decidido dejar la tele puesta, por primera vez en mucho tiempo. En la 2 había un reportaje que podía ser interesante, sobre el fotógrafo que sacó la foto a la niña que fue portada del National Geographic hace ya casi 20 años que iba a Afganistán de nuevo a buscarla y ver como era ahora.

Salían imágenes de Afganistán y de Pakistán, de campos de refugiados, de ciudades míseras. Salían imagenes de niños que no jugaban, de adultos serios. Quedaba en el aire la sensación de que esa gente se había olvidado de sonreir hacía años. De las mujeres mejor no hablar. Apenas se veía niñas, salvo unas en una escuela, y todas tapandose la cara, escondiendose. Tremendo ver los burkas por la calle, ocultando el rostro, el cuerpo, la vida de esa gente.

¿ Cómo puedes buscar un rostro en una multitud de mujeres tapadas ? ¿ Cómo puedes preguntar si alguien conoce a una mujer ?

En el reportaje acaban consiguiendo encontrarla ( de hecho ya hace tiempo salieron las fotos, así que tampoco había mucha duda del desenlace ). Sorpresa primera, no pueden verla si no lo autoriza el marido. Sorpresa segunda, solo puede verla una mujer. Sorpresa tercera, lleva burka. Por alguna razón, supongo que les darían dinero o similar, consiguen que la mujer acceda a salir con el rostro descubierto de nuevo, y la pueden fotografiar. Sus ojos transmitían una tristeza infinita, y ninguno de sus hijos, de nuevo, parecía tener la capacidad de reirse.

Si a los poblados de Senegal y a los arrabales bonaerenes decía que había razones para envidiarles en algunos temas, ninguna veo para sentir envidia en nada a esos dos países. Muy mala solución tienen esos ambientes.

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