Otro año que se queda atrás

Las preuvas fueron un pequeño desastre. No nos enteramos de cuando fueron las campanadas, no había mandarinas para todos, alguien me regó en sidra, ... En fin, caos absoluto. Pero me gusta esa tradición, que demonios, y dar un abrazo a la gente al acabar. Es compartir un momento simbólico con gente con la que normalmente no lo harías, porque está cada uno en su casa viendo la tele con su familia.

En fin, que podría ponerme a hacer balance del año, pero voy a ahorrarmelo, porque no es que esté especialmente orgulloso del 2008. He seguido aprendiendo, hay cosas que han mejorado, hay cosas que han cambiado. Ha habido cosas que han surgido, ha habido cosas que han desaparecido, ha habido cosas que han cambiado. El mundo posiblemente sea aparentemente un lugar peor que hace un año, pero yo diría que es un lugar mejor. Antes pensabamos que el mundo era maravilloso y la economía brillante. Ahora sabemos que estamos rodeados de mierda, lo que permite que hagamos algo para limpiarnos o, al menos, que no huela tan mal.

Propósitos para el año nuevo: no putear a nadie a quien quiero, hacer la vida mejor a la gente que me importa y ser feliz. Buscar primero un equilibrio emocional que gano y pierdo continuamente porque sí. Replantearme alguna cosilla, dar la vuelta a otras. Hacer de mi mundo, vuestro mundo, un lugar mejor. Buscar un camino por el que tirar, hacer cosas que merezcan la pena, conseguir arrancar sonrisas, dar abrazos. Ayudar a que los sueños de otra persona sean realidad, y buscar algún sueño propio donde navegar por las noches.

La de hoy es noche jodida muchas veces. Lo se por experiencia. Pasenla lo mejor posible. Brinden por los ausentes, no recuerden a quien no tengan que recordar, pero sobre todo, disfruten de los presentes y piensen en los que, de poder hacerlo, nos tomaríamos las uvas en cien casas distintas para poder compartir ese momento absurdo e incoherente de felicidad con todos.

Que sus próximos 365 días sean memorables y felices, especialmente los tuyos.