domingo, 31 de enero de 2010

La vida corriendo detrás de un balón



Vivir pendiente de esa pelota dichosa que bota anárquica por el campo. Acariciarla suavemente, golpearla con fuerza. Ser el más rápido en la banda, el más listo para el pase, el más certero en el remate. Hacer que todo tu equipo vaya en la dirección correcta, con el mismo ritmo, la misma cadencia. Mover al equipo sin cansarlo, convertirlo en una máquina que no se venga abajo.

Dejar atrás la noción del tiempo, olvidar el espacio que está fuera de las líneas que delimitan el campo. Parar sólo cuando lo dice el árbitro. Tener la vista atenta siempre en esa pelota que corre de lado a lado, sin voluntad propia, pelele del juego.

No pararse al recibir una patada, no dudar si hay que propinar una, limpiamente, sin afán de lesionar. Sentir el contacto del rival, y no dejarse vencer. Notar el sudor en el rostro, y sentir que todo se está haciendo de la forma correcta.

Mirar en todas direcciones y darse cuenta que el balón es importante, tanto como estar en ese campo, con esos amigos. Sentir que lo importante no es el juego en sí, sino con quien lo haces.

Marcar un gol y dedicarselo a quien se lo merece.

1 comentario:

Nachete dijo...

lo de q vota con v me ha matado un poco q lo sepas