miércoles, 13 de enero de 2010

Versos sueltos

Me preguntaste si tardaba mucho en componer las poesías que te escribía. No pude responderte, y pensaste que era para quitarle importancia. No fue así, no supe decirte la verdad a la cara. No hay ninguna original, soy un plagio. Sólo transcribo lo que veo en tu mirada, los gestos de tus manos, el contacto de tu piel y la mía. Sólo escribo al dictado de mi corazón cuando tu boca, dulce recuerdo del sueño, se une lentamente, suavemente, con la mía. 

La poesía la escribes tú. Yo soy, como mucho, tu humilde escribano.

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Esto estaba pendiente de publicarse, y no me pega para esta semana triste y fea, o sí...

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