lunes, 18 de enero de 2010

sueños infantiles

La profesora quería que los niños escribieran algo más original que sus habituales redacciones de las vacaciones, así que les pidió que, durante la clase de ese día, escribieran un sueño que hubieran tenido. Mientras todo los niños sacaban los bolis y las hojas, en la última fila, un niño, sentado al lado de la ventana, empezó a ponerse nervioso. No recordaba ninguno de sus sueños y los nervios no le ayudaban. Sus compañeros escribían cuentos de animales extraños, héroes, y él, delante del folio vacío, no sabía que hacer. Así que hizo lo único que se le ocurrió para recordar un sueño que contar: dormirse.

Años después, aún seguía preguntandose porqué la profesora se había enfadado tanto de que se esforzara por hacerla caso. 

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