lunes, 21 de enero de 2008

Días en que da igual perder

Para los que no lo sepan, hoy la bolsa se ha dado una torta de consideración. Es probable que el efecto siga, así que seguiremos perdiendo valor bursatil y transformando inversiones en el corto plazo a inversiones a largo plazo. Si ahora necesitara vender algo, habría perdido casi un 20-25% de lo que tenía en bolsa el 1 de enero. Parece que la crisis no va a afectar solo a los que tienen hipotecas, no, sino a los que invertimos sin tener ni puta idea.

El caso es que como decía, a pesar de esta pérdida ( aún no materializada hasta el momento de la venta, aunque al bajar tanto habría que hacer un apunte contable, me temo ) y del dolor en el abductor, que me hace cojear como un pirata, no me quejo del día. De hecho, me alegro.

Primero, por haber ido a la Casa del Libro a realizar un encargo que me habían pedido y llevarme no solo ese libro, sino otros cinco. Uno de los cuales, Firmín, quería habermelo regalado el día 19, que era mi santo. Soy comprador compulsivo de libros, y la pila de pendientes empieza a tener un tamaño superior a mi cabeza.

Segundo, por un mp3 que me han enviado, es una chorrada sin importancia, pero con toda la importancia del mundo para remitente y destinatario. Está claro a quien le ha hecho más ilusión, pero a mi me ha encantado poder escucharlo.

Alegrar el día es fácil a veces. Aunque claro, si necesitara pelas ahora estaría preocupado echando cuentas con la calculadora y viendo si poner alguna orden de stop.

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