Letras que forman microrrelatos, palabras que forman relatos, frases que forman textos... El azar, rellenando este hueco.
jueves, 31 de enero de 2008
Pinceladas sobre Holanda
A grandes rasgos, contaré cosillas del viaje, pero sin ser pesado. A pinceladas gordas, como Van Gogh, que es lo suyo.
El transporte en Amsterdam y similar funciona de forma sencilla: combinando trenes y bicicletas. Los coches son un bien escaso, que apenas se ve. Al menos, ni por el centro de Amsterdam, ni por Hilversum, ni por Utrecht, quien sabe si en otros sitios son más habituales. Los trenes, caros, pero funcionando desde las cuatro de la mañana, con muy buena frecuencia y se nota que con mucho uso. Las bicis, como locas. Normal que este país de buenos rodadores, sin duda.
La comida... Pues no comimos mal, pero vamos, desde que yo llegué cenamos en un griego, luego un chino, pasamos a un indio, no comimos el domingo, luego un kebab, sandwiches de más o menos diseño, sandwiches caseros, McDonalds, sandwiches de supermercado. La comida holandesa es un mito. Contaronme mis compañeros de viaje que preguntaron a un tipo por un sitio de comida típica de la zona, y que se quedó parado, sin saber que decir. Y comieron en un italiano.
Turismo cultural hicimos. Museo Van Gogh, donde lo mejor sin duda alguna es un autorretrato a lápiz que no está en la exposición principal, y que encima está de lado. No le pilló yo el punto a este pintor, aunque reconozco que poder ver los cuadros a diez metros de distancia demuestra que bien pintados sí están, sin duda. RijsMuseum, cerrado al 90%, pero con el mismo precio de antes, que joputas. Buenos cuadros, sobre todo, la ronda de noche de Rembrandt. Sospechamos que el museo tampoco es que valga mucho, porque en la selección que había, las 400 piezas mejores se supone, había alguna de calidad menor. Yo vi también el museo de la resistencia, donde ves lo bonito que fue el periodo de los nazis, preciosísimo. Es increible la capacidad del hombre para el mal, y el mérito de algunos pocos para rebelarse y defender aquello en lo que creen. ¿ Qué habríamos hecho nosotros de haber vivido en esa época ? ¿ Nos habríamos atrevido a luchar por aquello en lo que creíamos ? Difícil de saber es, sin duda.
Dejo para el final el museo en que mejor lo pase. El domingo, ya solos Ch y yo, nos fuimos al Nemo, el museo de la ciencia. Museo pensado para niños, sí. Museo en que nos lo pasamos como enanos, también. Me encantan esos museos, sin duda. He disfrutado el de Madrid ( que recuerdo bastante flojito, habría que volver a ir ), el de Valencia, el de París, el de Londres, uno en San Francisco... Son grandísimos. Confío en que, si los astros en algún momento se alinean de forma correcta y por un milagro tengo hijos pueda disfrutar con ellos de alguno.Me encanta ir a estos museos con gente como Ch, que tienen una ilusión y una capacidad de asombro y de sorpresa tan grandes. Hacen la visita infinitamente más valiosa.
El barrio rojo intimida. Pasar por una calle estrecha con mujeres semidesnudas a ambos lados es violento. Hay alguna espectacular, alguna peor, pero bueno, lo veo mejor que Montera o la Casa de Campo. Al menos las prostitutas disponen de un sitio controlado, con sus medidas de seguridad y todo más o menos controlado. Pasamos por la tarde, y ya empezaban a poblarse los escaparates. Por la noche debe asustar.
Y de otros vicios... Pues llegamos a la conclusión, empírica, que no venden alcohol en los supermercados por encima de los 15º. Así que un día nos compramos dos botellas de litro Breezer con sabor a medicina, que cayeron en nada sin que nos enteráramos, prácticamente entre tres, y otro día, entre Ch y yo, probamos una botella de 14,9º de vodka con lima. No estaba mal, se notaba algo más el sabor alcohólico.Aunque el litro cayó sin perturbarnos mucho, la verdad sea dicha. Mi último día si encontré una licorería, y compré un litro de ginebra holandesa ( Jenever ). Fuertecita, sin duda. De esa sí que bebimos poco, que pegaba bien.
Claro, que todos estáis pensando en si consumimos drogas legales allí, ilegales por estos lares. Pues sí, si consumimos. Dos gramos compramos, uno de la más floja, otro de la siguiente. Y sí, eran flojas, hay que reconocerlo. Tampoco fumamos mucho, la verdad. El día que más fue ya el lunes, un breve mano a mano entre Ch y yo en que liamos tres para los dos. Que arte demostró la chiquilla. Personalmente, me gusta más la cachimba, para que negarlo. Aunque a lo mejor habría que probarlos algo más fuertecitos.
De Hilversum, poco que decir. Muertecito, muertecito. A las 8:30 del domingo, hora a la que en España todo el mundo está en los bares viendo el fútbol, nos costó trabajo encontrar un sitio donde cenar. Y no había nadie por la calle, pero absolutamente nadie. Muy chulo eso sí, el edificio de Radio Nederlands. No parece mal sitio para trabajar con lo que se cuenta mi querida amiga.
Un buen viaje, sin duda. Gracias a Ch por acogernos!
Y nada más por ahora. A lo mejor estos días ponemos algo más de información, si me apetece, recuerdo más cosillas, y no sucede nada más digno de contar entre medias. Aún faltan las anecdotas graciosas por ser descritas...
2 comentarios:
Cuidado, que "esas" drogas también son ilegales allí, sólo que hacen la vista gorda, auqnue cada vez menos.
¿Y esas fotos?
Asustado me habías y he tenido que comprobar fuentes.
En esta web indican que la venta y el consumo de drogas blandas, es legal en una serie de condiciones.
De las fotos, dependo de Ch y MLB, que son las que llevaron cámara digital. Los otros dos llevaron cámara analógica, así que habría que esperar un poco más para verlas. Yo decidí dejar mi cámara en Madrid, que cinco cámaras ya eran demasiadas.
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