domingo, 13 de enero de 2008

De opereta tragicómica

Lo de hoy ha sido para no creerselo. Viene nuestro antiguo y querido portero, el mejor que han tenido y tendrán jamás los Vatos Locos. Viene a animarnos a desgañitarse desde la banda animando a los 7 que estábamos hoy, con barro hasta las rodillas, con el capitán medio lesionado. Y nos marcan un gol, y él sigue animando, queriendo saltar al campo, casi. Bueno, casi se cae saltando al campo, de hecho.

Su contagiosa euforia nos hace trenzar un de las mejores jugadas del año, y empatar el partido. Y logramos defendernos con sus ánimos de sus contraataques veloces, que su delantero corría como una gacela. Con otro de sus gritos, marcamos el gol que nos ponía por delante.

Llegamos al descanso, convencidos de que podíamos ganar. Casi dominando el partido, con ocasiones. Sin estar apurados en defensa. Estamos sin cambios, pero podemos.

Empieza la segunda parte, y sabemos que un gol no es suficiente, así que seguimos atacando, con los ánimos que nos siguen llegando desde la banda. Todo sigue bien hasta que, mediada la mitad de la segunda parte, mandamos nuestro balón fuera del campo, y se queda enganchado en un árbol fuera. Nuestro ex-portero ( lástima que la lesión te hiciera abandonar tu puesto ) se va a por el balón, y dejan de llegarnos ánimos. Y nos llegan goles en contra. Uno, dos, tres, cuatro, cinco. Bajón físico, bajón moral, desorden... Podemos decir mil cosas, pero vamos, cinco goles en contra en nada de tiempo.

Hasta que justo suena el pitido final, aparece de nuevo con el balón recuperado aquel que antes lo detenía no como yo, y pregunta ilusionado, ¿ Qué tal ? Un poema la cara que puso el pobre al enterarse la que habíamos montado en su ausencia...

Vatos Locos 2 - No More Pakets 6
Goleadores; Marquitos (2)

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