Ya se acaba el fin de semana, dos breves horitas le quedan. ¿ Vale la pena resumirlo ? ¿ Le importa a alguien ? Bueno, así al menos me distraigo un ratito escribiendo. Comencemos...
El viernes empezó con tarde friki. Partida al Catán en la que pude ganar, por primera vez. Perdí, como siempre, pero al menos hubo opciones. Para celebrarlo, nos fuimos al Kintaro, un japonés de buffet libre, en el que los platos van pasando al lado tuyo, y tu los vas cogiendo a puñados. Cené por cuatro o cinco, soy un animal. Y no fui el único, que rentabilizamos los 15 euros como nadie.
Nos fuimos al 100%, que era un infierno. Existe una cosa llamada capacidad máxima, y cuando se alcanza, no hay que dejar entrar a nadie más, a riesgo de que la gente muera por el calor y se agobie. Eso nos pasó, y a la una de la mañana, la gente ya quería irse a casita. Eso no es bueno, no señor. Menos mal que justo tenía un mensaje en el móvil proponiéndome un plan alternativo con los recien casados. Así que nada, a Avenida de Brasil, en busca del Espantatrenes, que resultó estar bien. No había mucha gente y la música no estuvo mal. Sorprendido quedé cuando sonó la Fuga y Platero. Gratamente sorprendido, claro.
El caso es que nos echaron a ritmo de Sabina, pero seguían quedando ganas de marcha. Al lado estaba el Lolitas, así que nada, a rematar la noche allí. 10 euros por entrar, pero, sorprendentemente, tiraron de la botella de Santa Teresa a la hora de pedir el ron. Para mi que la camarera se equivocó, pero no vamos a quejarnos. Tampoco había mucha gente, una de las gogos era espectacular y bailamos un ratito. Una buena noche, que acabó a las 6 de la mañana, hora en la que me metí en la cama.
6 horas después, partido de fútbol. Apenas hice nada, no nos engañemos, pero bueno, fue divertido, como siempre. Último o penúltimo partido de la pretemporada. En dos fines de semana empieza la bueno.
Por la noche quedé con el cazador de facóqueros y tres amigos suyos, que ya eran conocidos de noches anteriores. Levantamos el veto a los Portugueses ( también conocido como el Pozo ). No es ninguna maravilla, pero tiene su encanto. Ahí empezó a circular el alcohol, que siguió en el Cotton Club y en la Pasión. Eso sí, nos llovió, y no poco precisamente.
Otra noche entretenida.
Y hoy... Nada de nada, pero de nada. Habrá que ver como se desarrolla la semana.
Besos a todos. Mejorense los enfermos y no hagan tonterías.
El viernes empezó con tarde friki. Partida al Catán en la que pude ganar, por primera vez. Perdí, como siempre, pero al menos hubo opciones. Para celebrarlo, nos fuimos al Kintaro, un japonés de buffet libre, en el que los platos van pasando al lado tuyo, y tu los vas cogiendo a puñados. Cené por cuatro o cinco, soy un animal. Y no fui el único, que rentabilizamos los 15 euros como nadie.
Nos fuimos al 100%, que era un infierno. Existe una cosa llamada capacidad máxima, y cuando se alcanza, no hay que dejar entrar a nadie más, a riesgo de que la gente muera por el calor y se agobie. Eso nos pasó, y a la una de la mañana, la gente ya quería irse a casita. Eso no es bueno, no señor. Menos mal que justo tenía un mensaje en el móvil proponiéndome un plan alternativo con los recien casados. Así que nada, a Avenida de Brasil, en busca del Espantatrenes, que resultó estar bien. No había mucha gente y la música no estuvo mal. Sorprendido quedé cuando sonó la Fuga y Platero. Gratamente sorprendido, claro.
El caso es que nos echaron a ritmo de Sabina, pero seguían quedando ganas de marcha. Al lado estaba el Lolitas, así que nada, a rematar la noche allí. 10 euros por entrar, pero, sorprendentemente, tiraron de la botella de Santa Teresa a la hora de pedir el ron. Para mi que la camarera se equivocó, pero no vamos a quejarnos. Tampoco había mucha gente, una de las gogos era espectacular y bailamos un ratito. Una buena noche, que acabó a las 6 de la mañana, hora en la que me metí en la cama.
6 horas después, partido de fútbol. Apenas hice nada, no nos engañemos, pero bueno, fue divertido, como siempre. Último o penúltimo partido de la pretemporada. En dos fines de semana empieza la bueno.
Por la noche quedé con el cazador de facóqueros y tres amigos suyos, que ya eran conocidos de noches anteriores. Levantamos el veto a los Portugueses ( también conocido como el Pozo ). No es ninguna maravilla, pero tiene su encanto. Ahí empezó a circular el alcohol, que siguió en el Cotton Club y en la Pasión. Eso sí, nos llovió, y no poco precisamente.
Otra noche entretenida.
Y hoy... Nada de nada, pero de nada. Habrá que ver como se desarrolla la semana.
Besos a todos. Mejorense los enfermos y no hagan tonterías.
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