viernes, 23 de mayo de 2008

Chesil Beach

Una de mis últimas compras de libros, el día que fuimos a ver Iron Man, fue Chesil Beach, de Ian McEwan. Era de esos libros que ya había visto mencionados en varios artículos, con críticas siempre positivas. Así que había que leerlo. Además, es un libro pequeño de los que sabes puedes leer en menos de dos horas, no intimida.

En este caso, que el libro dure tan poco es una lástima. Iron Man superaba las dos horas, y, sinceramente, mejor invertidos están los 16 euros del libro que los 7 de la película.

La temática del libro es muy sencilla: la noche de bodas de una pareja de ingleses en los 60. Él, deseando acostarse con su mujer. Ella, sabiendo que eso va a tener que suceder pero deseosa de poder evitarlo, que sea lo más rápido posible. Partiendo de esta premisa, en la que se condensa todo el libro, se habla del amor, del deseo, de la familia, de las obligaciones del matrimonio, de la sociedad, de la comunicación dentro de la pareja...

Muy pocas páginas, nada tratado en modo filosófico, sino como lo van pensando cada uno de los dos miembros del recien estrenado matrimonio. Muy real, muy creible, nada idealizado, ni rebuscado. Agradable de leer y de disfrutar, aunque sea triste bastante de lo que ocurre.

Es fácil ir poniendose en el lugar de ambos según les vas oyendo razonar. Él quiere sexo, vale, normal. Es algo humano, esperable, lógico. Llegar virgen al matrimonio suponía querer tener sexo en tu noche de bodas, sobre todo cuando aún el sexo era algo místico, difícil de hablar de ello, desconocido y mitificado.

Ella, en cambio, detesta el sexo. Se lo imagina como algo violento, sucio, doloroso. Ella le quiere, y como mujer suya sería capaz de grandes sacrificios, pero para ella, el amor no necesita el contacto físico. Es algo más profundo, más fuerte, menos animal.

Sin decir nada de lo que sucede, hay que destacar especialmente las últimas páginas. Una mirada al futuro de ambos y sus recuerdos y sentimientos durante el tiempo transcurrido. Esas últimas páginas son de las que, aunque cierres el libro, sigues teniendo dentro de la cabeza, dando vueltas una y otra vez. Y te dejan ideas dando vueltas, preguntandote sobre lo que es importante y lo que no.

Parece claro que es realmente lo importante...

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