De nuevo en Madrid, después de recorrer campiña francesa, de mirar por las ventanas del centro de control de satélites en el que estábamos y no ver más que campo y naturaleza. Días algo filosóficos por las cosas que pasan. Filosofía barata, aunque golpeada por versos de Juan Ramón Jimenez, leídos en algún blog y que no es semana para reflejarlos aquí.
En Francia llovía, en Madrid llueve, como mandan los cánones para la feria del libro. En las ciudades llueve, las personas, lloran, es ley de vida.
Abrazos fuertes hoy para aquellos que lo que necesitan es difícil de encontrar.
( algún día volveré a los textos conexos y triviales, espero ).
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